LUNES AZUL
EL DÍA MÁS TRISTE DEL AÑO
And I still find it so hard
To say what I need to say
But I'm quite sure that you'll tell me
Just how I should feel today
New Order. Blue Monday
*
¿Qué es un lunes? ¿Se puede comer?
Seguro que no. Lo que se come no deprime. ¿Se puede romper? Puede ser. Todo lo
vulnerable genera culpa. ¿Qué es un lunes? Yo creo que un lunes es la forma más
simple de ejemplificar una verdad universal: nada empieza cuando te dicen que
empieza. Hay cosas que terminan sin que sepas que empezaron. Hay cosas que
sentís que empiezan y terminan una semana después. Todo es insatisfacción. A
veces uno justifica todo culpando a la motivación. “Cada vez tengo menos
motivación”. No. Ni el lunes ni la motivación. Hoy, lunes, se me dio por pensar
en eso. Me sentía poco motivado y deprimido.
*
No suele pasar que los lunes me
pongan mal. No particularmente.
Como todo lunes me desayuné un
montón de catarsis contra el lunes. Una especie de stand up que esconde una
historia turbia, porque sabés que todo es joda, pero saber que esa joda tiene
una génesis más profunda te produce una suerte de extraños escalofríos. Gente
riéndose del inicio de jornada laboral. Un poco como si fuéramos esclavos que
nos sentimos menos esclavos por poder decir que somos esclavos y, mejor aún,
nos reímos de eso con comentarios inteligentes que cultiven la ambigüedad y
nunca dejen saber hasta que punto somos conscientes de nuestra consciencia. Es
rebeldía adolescente. Eso es lo que me genera leer que el lunes es una mierda. Me
vuelve miserable. Entonces me doy cuenta que en cierto sentido ese es mí lunes
producto del imaginario de lo que es un lunes: sentirme miserable. Yo creo que
funciona. Los lunes me siento un toque más miserable, pero no peor. Siempre
encuentro cómo sentirme miserable.
El hecho es que en determinado momento
leí una noticia que me dejó atónito.
“El tercer lunes de Enero es el día más triste del año”. Estamos ubicados, claro, en ese
lunes específico.
*
El tipo que acuñó el concepto de “Blue
Monday” para referir al tercer lunes de Enero como el día más triste del año,
Cliff Arnall (un británico, allá por el 2005), tuvo en cuenta factores climáticos
que no nos competen por nuestro lugar en el planisferio y estuvo influenciado
por el hecho de que en su lengua hay una línea de conexión directa entre el color azul
y la tristeza. Su teoría se teje en base a la cercanía de la fecha con las
fiestas, los desencantos de un año que aunque aún nuevo demostró no cambiar mágicamente
nuestro estúpido existir, la ansiedad y la decepción vacacional. Las
expectativas muriéndose, dicho en pocas palabras. Los argumentos cierran. Además,
sea el día que sea, si te levantás y te dicen que es el día más triste del año,
te lo creés. Sin vueltas. Hasta te lo creés por las dudas y recién después
escuchas los argumentos. Y seguro que para justificar tristeza siempre sobran
argumentos. ¿Es, entoces, Cliff Arnall
un chanta? No lo sabemos. Quizás escribió esa teoría un tercer lunes de Enero
realmente triste. Quizás aún los terceros lunes de Enero le siguen produciendo
tristeza y eso lo refleja quitándole seriedad al tema en los viajes que este
año patrocinó a las Islas Canarias bajo el lema de #stopbluemondays.
Quién sabe.
*
Preguntaba, por eso: ¿qué es un
lunes? Creo que no somos capaces de captar los inicios. Los lunes son nuestra
intuición escurriéndose entre los dedos de la fatalidad. No podemos empezar. No
sabemos empezar. ¿Qué es la semana? Se construye la semana a partir del
viernes. El viernes es de la semana: una posibilidad continua. Hasta el miércoles
funciona como engranaje y motor de cambio. El lunes, en cambio, es del lunes. Sólo
eso: un lunes. Ese es el problema real con el lunes: no es nada.
Creo que el color azul no me
significa nada malo, no me incomoda, me hace pensar en cosas acuáticas. Los monstruos
marinos me asustan, no me ponen triste. El azul, a mi entender, es un buen
color, sin embargo, el “Blue Monday” me encuentra de vacaciones y hundido en
mis cavilaciones, como un ermitaño incurable, enojado y solitario. Pienso que
si supiéramos empezar cuando realmente las cosas comienzan todos los resultados
serían diferentes. En cambio siempre re descubrimos mirando para atrás. Nunca estamos
compenetrados en el camino. Por eso, este lunes que para mi no significa volver
al trabajo pero aún así me desequilibra y me deja un mal sabor de boca, levanto
la vista hacia mi yo detective y le pido que por favor no deje que las cosas
pasen sin sospechar, como un paranoico extremo o como un niño inocente…
inocente en extremo. Quiero decir: peligroso.
*
El Blue Monday es otro lunes en el que
las cosas vuelven a comenzar. Los lunes son nuestra lucha por tratar de recuperar
un poco de la visión primordial que nos permita construir nuestro crecimiento
como si pudiéramos saber lo que significaba crecer. Porque si pudiéramos ver un
lunes como lo que es sabríamos que esto que está sucediendo ahora ya está
teniendo sus repercusiones más directas sobre el viernes más cercano. Los
principios son para principiantes: el lunes no es el día de cambiar todo, es el
día de sentirse preparado. El lunes es un día triste en su concepción, por eso
es triste. No hay una gran historia, hay pequeños fragmentos con muchos principios
y muchos finales. A veces tomás un camino y a veces otro: no nos solemos
preparar para eso. Para cuando nos damos cuenta todo está decidido.
*
Hoy, lunes, Blue Monday, me encontré
pensando en que un montón de cosas de mi vida
estaban despidiéndose. Me di cuenta de que otras cosas se habían estado
manifestando. Me lamenté por no haberlas visto. Me pregunté si sería tarde. Si
aún podría. Qué pasaría cuando despertara mañana. Quién sería.
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