lunes, 18 de enero de 2016

blue monday

LUNES AZUL
EL DÍA MÁS TRISTE DEL AÑO


And I still find it so hard
To say what I need to say
But I'm quite sure that you'll tell me
Just how I should feel today
New Order. Blue Monday



*

¿Qué es un lunes? ¿Se puede comer? Seguro que no. Lo que se come no deprime. ¿Se puede romper? Puede ser. Todo lo vulnerable genera culpa. ¿Qué es un lunes? Yo creo que un lunes es la forma más simple de ejemplificar una verdad universal: nada empieza cuando te dicen que empieza. Hay cosas que terminan sin que sepas que empezaron. Hay cosas que sentís que empiezan y terminan una semana después. Todo es insatisfacción. A veces uno justifica todo culpando a la motivación. “Cada vez tengo menos motivación”. No. Ni el lunes ni la motivación. Hoy, lunes, se me dio por pensar en eso. Me sentía poco motivado y deprimido.

*

No suele pasar que los lunes me pongan mal. No particularmente.
Como todo lunes me desayuné un montón de catarsis contra el lunes. Una especie de stand up que esconde una historia turbia, porque sabés que todo es joda, pero saber que esa joda tiene una génesis más profunda te produce una suerte de extraños escalofríos. Gente riéndose del inicio de jornada laboral. Un poco como si fuéramos esclavos que nos sentimos menos esclavos por poder decir que somos esclavos y, mejor aún, nos reímos de eso con comentarios inteligentes que cultiven la ambigüedad y nunca dejen saber hasta que punto somos conscientes de nuestra consciencia. Es rebeldía adolescente. Eso es lo que me genera leer que el lunes es una mierda. Me vuelve miserable. Entonces me doy cuenta que en cierto sentido ese es mí lunes producto del imaginario de lo que es un lunes: sentirme miserable. Yo creo que funciona. Los lunes me siento un toque más miserable, pero no peor. Siempre encuentro cómo sentirme miserable.

El hecho es que en determinado momento leí una noticia que me dejó atónito.
“El tercer lunes de Enero es el día más triste del año”. Estamos ubicados, claro, en ese lunes específico.

*

El tipo que acuñó el concepto de “Blue Monday” para referir al tercer lunes de Enero como el día más triste del año, Cliff Arnall (un británico, allá por el 2005), tuvo en cuenta factores climáticos que no nos competen por nuestro lugar en el planisferio y estuvo influenciado por el hecho de que en su lengua hay una línea de conexión directa entre el color azul y la tristeza. Su teoría se teje en base a la cercanía de la fecha con las fiestas, los desencantos de un año que aunque aún nuevo demostró no cambiar mágicamente nuestro estúpido existir, la ansiedad y la decepción vacacional. Las expectativas muriéndose, dicho en pocas palabras. Los argumentos cierran. Además, sea el día que sea, si te levantás y te dicen que es el día más triste del año, te lo creés. Sin vueltas. Hasta te lo creés por las dudas y recién después escuchas los argumentos. Y seguro que para justificar tristeza siempre sobran argumentos.  ¿Es, entoces, Cliff Arnall un chanta? No lo sabemos. Quizás escribió esa teoría un tercer lunes de Enero realmente triste. Quizás aún los terceros lunes de Enero le siguen produciendo tristeza y eso lo refleja quitándole seriedad al tema en los viajes que este año patrocinó a las Islas Canarias bajo el lema de #stopbluemondays.
Quién sabe.

*

Preguntaba, por eso: ¿qué es un lunes? Creo que no somos capaces de captar los inicios. Los lunes son nuestra intuición escurriéndose entre los dedos de la fatalidad. No podemos empezar. No sabemos empezar. ¿Qué es la semana? Se construye la semana a partir del viernes. El viernes es de la semana: una posibilidad continua. Hasta el miércoles funciona como engranaje y motor de cambio. El lunes, en cambio, es del lunes. Sólo eso: un lunes. Ese es el problema real con el lunes: no es  nada.  

Creo que el color azul no me significa nada malo, no me incomoda, me hace pensar en cosas acuáticas. Los monstruos marinos me asustan, no me ponen triste. El azul, a mi entender, es un buen color, sin embargo, el “Blue Monday” me encuentra de vacaciones y hundido en mis cavilaciones, como un ermitaño incurable, enojado y solitario. Pienso que si supiéramos empezar cuando realmente las cosas comienzan todos los resultados serían diferentes. En cambio siempre re descubrimos mirando para atrás. Nunca estamos compenetrados en el camino. Por eso, este lunes que para mi no significa volver al trabajo pero aún así me desequilibra y me deja un mal sabor de boca, levanto la vista hacia mi yo detective y le pido que por favor no deje que las cosas pasen sin sospechar, como un paranoico extremo o como un niño inocente… inocente en extremo. Quiero decir: peligroso.


*

El Blue Monday es otro lunes en el que las cosas vuelven a comenzar. Los lunes son nuestra lucha por tratar de recuperar un poco de la visión primordial que nos permita construir nuestro crecimiento como si pudiéramos saber lo que significaba crecer. Porque si pudiéramos ver un lunes como lo que es sabríamos que esto que está sucediendo ahora ya está teniendo sus repercusiones más directas sobre el viernes más cercano. Los principios son para principiantes: el lunes no es el día de cambiar todo, es el día de sentirse preparado. El lunes es un día triste en su concepción, por eso es triste. No hay una gran historia, hay pequeños fragmentos con muchos principios y muchos finales. A veces tomás un camino y a veces otro: no nos solemos preparar para eso. Para cuando nos damos cuenta todo está decidido.

*

Hoy, lunes, Blue Monday, me encontré pensando en que un montón de cosas de mi vida  estaban despidiéndose. Me di cuenta de que otras cosas se habían estado manifestando. Me lamenté por no haberlas visto. Me pregunté si sería tarde. Si aún podría. Qué pasaría cuando despertara mañana. Quién sería.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario