lunes, 31 de agosto de 2015

127 AÑOS ES TODO

POLLY: OTRO CRIMEN INESPERADO E INEVITABLE
(o: “como dijo Jack el Destripador”)

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“The one place Gods inarguably exist is in our minds where they are real beyond refute, in all their grandeur and monstrosity.”
Alan Moore, From Hell.


HOY se cumple aniversario del hallazgo de la primera de las cinco víctimas canónicas de Jack el Destripador.

Mary Ann Nichols, también conocida como Polly, pasaba a la historia, sin saberlo ella, sin saberlo su entorno. Su muerte no se convertiría en estandarte de una causa, su eternidad no provendría del vigoroso caldo hirviente que nutre la biografía de los que iluminaron una época oscura con profundas pasiones. Sus profundas pasiones no llenarían versos y versos de poemas en su honor. Su rostro no enamoraría a los espíritus sensibles venideros. Polly se convertía en la musa del Detective por excelencia. Y mientras el crucigrama de la historia logra formar la palabra “víctima” en los casilleros tangentes a los llenados por el tiempo y el espacio y todas esas definiciones, el Detective ve un testigo muerto: lo importante no son las respuestas sino las letras restantes una vez vislumbrado el todo. Para el Detective hay un mensaje superior, siempre.

Así, Polly se convertía en fragmento de un algo. La madre primordial de la conspiranoia, esa que habla de un alto miembro de la corte o de un tipo cualquiera, la misma que coquetea a diario con un conocimiento cuyo descubrimiento nada significaría en si mismo si no pudiera aplicarse a un juego universal de gato-ratón, donde existe la violencia de la muerte, la obsesión de la búsqueda y un arma homicida ausente cargada de una simbología trascendente.

Polly pudo haber sido un plan o un accidente.

Polly guarda en sus pupilas ya carcomidas por gusanos la conexión directa con el ente disparador. El mencionado accidente o plan. Y ese saber-cadáver es lo que buscan encontrar en trasnochadas sesiones individuales de espiritismo-lógico esos desdichados seres que incapaces de proyectar una misión dejaron que la misión los volviera proyección. Dícese de los Detectives.

Polly recibió promesas suculentas de todo tipo… y nunca dejó de ser una prostituta, en un bucle infinito de orgásmico placer, donde la existencia del muerto sólo nos dice que se muere pero nunca por qué, aunque… y volver a empezar.

Claro, como todo plan o accidente, Polly es el disfraz de una existencialidad que desde el tiempo de las pinturas rupestres cubre nuestra conciencia evolutiva de acertijos de vital aura indescifrable.

¿Qué hay en tu cuerpo sin pulsión, Polly?
¿Qué diferencia tus restos de mis restos, hermosa Polly?
¿Qué tan imprevisible fue para vos tu muerte?
¿Tuviste malos presagios?
¿Soñaste cosas? ¿Rompiste espejos? ¿Pasaste por debajo de una escalera?
¿Era un día más?
O:
¿Pediste que te mataran?
¿Desataste, sin quererlo, la consagración de un futuro mito?
¿Fue tu conciencia la que logró revestir esta serie de asesinatos con un fulgor de especial brillo?
¿Qué estabas buscando, Polly?
¿Fuiste una artista frustrada?
¿Una suicida sin coraje?
¿Una asesina?
Polly, ¿estás ahí?

Mary Ann Nichols, Polly, murió hace 127 años (y contando…). A diferencia de las víctimas que la sucederían, ella se convirtió en la punta del ovillo, el reflejo de la conciencia-otro, el espejo del accidente o el plan, el desconocido, el Jack el Destripador oculto tras el semblante oscuro de ese que no deja de quemar tabaco en su pipa, escudriñando el futuro para dilucidar el pasado, que se repite una vez, dos veces, tres veces, 127 veces (y contando…)

Hoy se cumple aniversario del descubrimiento de la primera de las cinco víctimas canónicas del asesino más famoso de todos los tiempos: hoy todos no lo vemos venir, hoy todo es lo que queremos que sea, hoy cortamos por lo sano con el miedo y obedecemos el pedido ajeno, hoy todos herimos de muerte la posibilidad más certera, hoy todos nos volvemos parte del conjunto anónimo de miembros de la alta corte y cualquieras que decidieron cambiar su nombre por el de “Jack el Destripador”.

Hoy mataste a alguien.
Hoy encontraron muerta a Polly.
Hoy van a encontrarte muerto.

[anexo: El tema “Polly” del grupo Nirvana fue compuesto en 1988 y está basado en un hecho real: una niña fue secuestrada y violada, luego logró ganarse la confianza de su captor y finalmente escapar.
Unos cuantos años después, Kurt Cobain, líder de Nirvana, hacía visible su repudio al enterarse que una menor había sido abusada mientras sus vejadores no dejaban de escuchar “Polly”]

En base a lo expuesto, se procede a la instauración de “Polly” como concepto definitorio de la empatía accidental o planificada que surge entre víctima/victimario, creando la ilusión a posteriori de unidad, cuando bien sabemos que mejor vayamos por partes, como dijo, a estas alturas, ya sabés quién.

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