sábado, 5 de diciembre de 2015

otra cosa~


IDEA O PENSAMIENTO NO FUNDAMENTADO Y FORMADO SIN ATENDER A UNA BASE REAL
(o: “Manifiesto de la Orden del Orden Efectocausante”



Por mucho que se haya intentado demostrar lo contrario, queda claro que hay un único modo de preservación: el anti-ser, el dilema concreto que sirve de validación para el universo más vasto jamás conocido: el universo especulativo.


I

Ser escritor es llevar un diario personal en el que escribís las cosas que nunca te pasaron porque te pasaron otras cosas que nunca vas a saber si fueron más geniales o mediocres o diferentes o las únicas posibles y todo para dejar en claro que nadie, nadie, nadie tuvo nunca razón.
En nada.

Es la historia de los asesinos seriales.
Están tratando de combatir al azar: cuando algo sucede deja de ser azaroso si existe la conciencia de “suceso”… todo lo que sucede se re-denomina y, siendo azaroso, se convierte en efecto-eslabón para construir la mayor meta ficción existente que es el universo consensuado donde nada pasa porque sí y todos los callejones son callejones sin salida.
Bienvenido a la historia de la historia de los asesinos seriales.

¿Ves? Ya logramos que el caos se convierta en la cápsula-pista. Vamos a ahogarnos. Vamos a envenenarnos, vamos a darnos una sobredosis, vamos a ser adictos recuperados… pero siempre vamos a volver.

CAOS es nostalgia.
CAOS es futuro.

Y vuelvo a preguntarme
en mi diario personal
si te acordás cómo era ser feliz sin mí.
Si te acordás qué discos escuchabas.

¿Qué escribías en las hojas del cuaderno que sabías que nadie iba a leer?

Yo me acuerdo que ahora entiendo por qué ciertos discos te hacían llorar.
Hace dos años que sigo entendiendo lo que viene pasando.

Epifanía:

Empezó conmigo,
regalándote un libro
en un teatro.
Tocaba una banda.

Seguro que afuera los asesinos seguían dando cuerda al mundo,
aunque en ese momento no lo pensé.
Es más, ni se me cruzó por la cabeza.
Pero alguna historia murió en el intento, eso seguro.
Tan seguro como que esto termina bien, tan seguro como que me estás leyendo, en tu cine mental.

II

Las cosas están siempre en otro lugar, nada es parecido, nada cambia, es tan simple como saber que podés corresponder al ritmo de un corazón ajeno pero nunca vas a poder tenerlo latiendo en tu pecho. Tu energía vital está en todo lo que sos, para que nada penetre la última capa… ahí siempre hay una sola voz, imitando otras voces, juguetes reunidos en la mesa del té, planeando un atentado contra un Ken que se cree un Kennedy.
La Bala Mágica.

III

Girar la llave hasta falsear la cerradura.
Darle cuerda a la puerta.
Por último, abrir y observar todos los engranajes del mecanismo flotando en el espacio infinito, atraídos entre sí, sin tocarse, girando sobre sus propios ejes, de tanto sentir y sentirse.

Al final vas a encontrar lo que tenías que encontrar.
Que no es lo mismo que estar buscándolo.
La intuición no es igual que la premonición.
Tampoco cómo reaccionar al respecto.
El Detective siempre es malo,
pero nunca es EL malo:
es el cinismo más puro, corriendo atrás de cualquier cuento ingenuo que contenga las evidencias necesarias como para decir “había una vez”.
El Asesino es la Esperanza.
Aunque nunca haya matado a nadie.
Aunque al final,
la víctima
sea Ella:
¿por qué sino la obsesión de encontrar?
¿por qué buscar un culpable por la muerte de lo que nunca fue más que una/otra posibilidad?
¿por qué es la respuesta
tan
tan
tan
elemental?

IV

No existen los lugares oscuros.
Hablemos de todo lo que pasa, total todo es una anécdota potencial: cuando falta motivación, sagrado es saber que hay público para todo.
Después no mirás quién aplaude, porque cerrás los ojos y te inclinás, sonriente.

Nada está muy claro. 

Tratá de llegar a algún lugar, guardate los intermedios, esperá a desesperar… cuando te quieras dar cuenta, cuando descubras que ahora sí, ya fue, te querés matar, vas a estar donde querías estar, nada más que más adentro de lo que podías imaginar, porque la gracia de imaginar es que nunca hay un tope y siempre se puede imaginar peor.

Estás vomitando ante ese espectador que podrías ser vos. Tu vida deja de ser una tésis para ser una vida.

V

Siempre parece un atardecer, el atardecer del que siempre escribo, el atardecer al que nunca le dedicaría mi tiempo, ni muchas sombras ni muchos brillos, pero finalmente mi atardecer-rampa: mi paleta de colores vivos para retratar muertos.

Retrato:

Pienso en la muerte
no sé si pienso en estos términos: La Muerte.
Quiero decir con esto:
no sé si ella (¿Ella?) piensa en mí.
Quiero decir:
hablar de la muerte
o La Muerte
es tan estúpido e inevitable
como hablar de la soledad.
No te preocupes.
Es sólo una observación.
Nadie va a hacer una locura ésta noche:
las locuras las hago con vos
que ahora no estás.
Imposible no caer en un círculo vicioso.
Un poco la vida.

Observación:

Si supiera dibujar, dibujaría una máquina de escribir, de esas antiguas, con el tubo de un teléfono coronándola.
Sí, una cruza futurista retro de máquina de escribir y teléfono. Porque es lo que querría decir: que no sabemos de dónde vienen las cosas, mucho menos sabemos quién dice qué y por qué y para qué. Para no llamarnos mentirosos diré que sólo somos espectadores entusiastas, leyendo entre-líneas, sobre-líneas, bajo-líneas, post-líneas, pre-líneas. Para no sentirme mentiroso, lo dibujaría.
Pero no sé dibujar. 

Quizás, no hay escapatoria.

VI

Yo en otra vida, corriendo atrás de sueños paranoides, en noches de verano, en bosques-laberintos, riendo al final del día con una bruja que me tira las cartas en una feria de pueblo;
yo en otra vida, imaginando otra vida.
*

CONCLUSIONES

Esto de acá es un vacío.
Bueno, era.
El ser representativo atenta contra el ser natural.
Es como jugar a ver quién tiene la última palabra: la discusión es infinita y ni siquiera estamos en condiciones de decir que ya empezamos.
¿cómo es posible que divaguemos sobre el futuro?
¿por qué?
Si esto de acá ya no es un vacío.
Bueno, no era.
¿se puede borrar lo pensado?
¿de qué estamos rodeados?
Ante el mínimo intento de descripción,
todo se convierte en otra cosa.

*





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